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jueves, 18 de agosto de 2016

Stilettos infaltables.



La historia de estos icónicos zapatos se remonta hasta el Renacimiento. Los aristócratas venecianos del momento popularizaron un tipo de zapatos que llevaban una plataforma hasta de 50 centímetros de altura llamados chapines. Estos exagerados zapatos les servían para mantener la ropa limpia mientras iban caminando por las sucias calles de la ciudad. Además, el hecho de ser de un estatus social más alto y elevar su altura les permitía sentirse, aún más, superiores de la población normal. 



Durante el siglo XIX, los stilettos  estuvieron relacionados con la sensualidad y el erotismo.  En  la década de los 50 dejó de lado su connotación sexual para convertirse en un must have y alcanzó su máxima popularidad en 1960 cuando la punta del zapato se estilizó. Actualmente, no hay mujer que no tenga un par de zapatos de aguja en casa.
El diseñador Salvatore Ferragamo fue el que introdujo este zapato tal y como conocemos en 1950. Utilizó una fina varilla metálica insertada en el mismo tacón del zapato para que aguantara el peso de cualquier mujer. Ferragamo nombró Stilettos a este modelo porque recuerda a las columnas o “Stylos” de la antigua Grecia.

Temporada tras temporada vemos un par de estos zapatos que nos dejan con la boca abierta y no podemos dejar en la tienda ya que nos lo compraremos para lucirlos en las mejores ocasiones, pero la verdad es que no hay mejor momento que aquél en el que llegas a casa y te quitas los altísimos zapatos después de un gran día.

Podemos utilizarlos en ocasiones como:

-Entrevista de trabajo.
-Salir al cine con amigas un sábado .
-Asistir a un coktel.
-Asistir a un restaurante.
-Cualquier ocasión formal, en que debas lucir estilizada y mucho mas alta.

NOTA: LA BELLEZA CUESTA, Y EN ESTE CASO LOS STILETTOS SUELEN SER BASTANTE INCOMODOS.

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