Las copas han hecho su mayor esfuerzo y lo han logrado, han entrado
en mi cabeza, en mi sangre y en mi cabeza, y como he de esperar han sacado a
flote sentimientos.
A pesar de los fracasos sigo creyendo en la muy famosa frase
que dice: “que cada cual tiene su media naranja”, es más me aferro más a la
idea de que a pesar de haberme encontrado con unas cuantas naranjas agrias en
ese proceso normal en la vida de un ser humano que llamamos crecer, el amor verdadero si
existe y no se ha extinguido como nos quieren hacer creer.
Me sorprendo a mi mismo en incontables ocasiones conversando
con un subconsciente que no se rinde ante las decepciones, y que todo lo
contrario saca lo mejor de cada situación y me afianza aun mas a la idea de que
sin duda alguna, mi media naranja anda por ahí buscándome en algún lugar del
mundo.
Yo por otro lado en ocasiones dejo a mi subconsciente
hablando solo y me olvido de la idea del amor, aunque al final me dejo vencer
por su persistencia, lo escucho, vuelvo
a creer y me vuelvo a enamorar; retorno a ese sentimiento que mueve tanto y a
tantos, vuelvo a soñar, a mirar las estrellas , a creer en los sueños
compartidos , en los detalles pequeños que se tornan gigantes, vuelvo a desear
compartir días completos con la persona que he decido amar, a pesar de no estar
seguro si es o no, la muy buscada “media naranja”….
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